Máximo.
Max.
Hoy, 25 de febrero del 2018, regresaste a tu casa, más gordo que cuando llegaste, más listo, y sobre todo aún más querido, después de haber conocido a tu familia materna. No te dije adiós, porque no lo es; es un hasta pronto (muy pronto, espero).
Escribo esto sin esperar que lo entiendas, al menos, no aún. Escribo ésto esperando que, cuando tengas la edad suficiente para comprender no sólo un texto, sino los sentimientos, tu madre, mi hermana, te lo muestre. Quizá en 8 años, quizá en 10, quizá en 15. Escribo ésto para ti, más no para el "tú" presente, aunque para cuando leas ésto, será para el "tú" presente. ¿Confuso, verdad? A mí me parece gracioso.
Llegaste al mundo para hacerlo un mejor lugar, de eso estoy seguro. Prueba de ello, es que desde el primer día en que te conocí, en que estuviste con nosotros, llenaste la casa con el estruendo de tu felicidad y tu risa. Tu música, tu llanto, tus apenas articuladas palabras, llenaron cada rincón de una casa normalmente silenciosa; tanto, que parece siempre estar vacía. Tus juguetes tirados en la habitación, el pan, el huevo, y las tortillas que arrojabas al suelo al comer (eras un desastre para comer, espero ahora te comportes en la mesa) no parecían desorden, más bien parecía un pequeño y muy bonito jardín. Desde el primer día me pareció impresionante como siendo tan pequeño lograste llenar por completo no sólo una casa, sino varios corazones y vidas de amor y felicidad. Lograste hacerte amigo de Mauricio (que espero recuerdes con mucho cariño, porque el a ti sí), el gato más enojón que conozco. Eso lo dice todo.
Sea donde sea que estés, espero que seas muy feliz. Tienes la dicha de tener una familia grandota que te ama con todo el corazón, cosa que muchas personas quisieran tener. Aprovecha cada minuto que la vida te obsequie, no lo malgastes pasando malos ratos, ni haciendo enojar a tus papás. Quizá ahora el tiempo te parezca eterno, y déjame decirte que efectivamente, lo es. Pero para nosotros es efímero; cada segundo que pasa es uno que no regresa, y que se convierte en un recuerdo. Asegúrate de que esos recuerdos sean bonitos, llenos de felicidad. La vida es corta, muy corta, desafortunadamente. Disfruta a tus papás, a tu familia, a tus amigos, pues ellos son la familia que uno escoge. Sé feliz; te lo dice alguien que gastó mucho tiempo de su vida encerrado en su habitación, llorando y enojado con el mundo entero. No me gustaría que tú seas tan malhumorado como tu tío aquí presente. Haz siempre el bien, la base de todo es el respeto hacia todas las cosas, incluso a aquellas que no puedes ver. Pero sobre todo, asegúrate de hacer feliz a quienes te rodean al mismo tiempo que a ti mismo. Vive de la manera en la que quieras vivir, y sé quien quieras ser, pero siempre haciendo el bien, para ti y para los demás. Procura vivir muchas aventuras, para que en un futuro tengas qué contarle a tus primos, a tus hijos y a tus nietos. Hoy mismo no sé mucho de la vida, pero sí sé que se va en un santiamén. Sé que la vida son los buenos momentos con amigos, la familia y los queridos. Ríe, vive, juega, ama, que a quien conocí éste año, 2018, es una de las personas más risueñas, curiosas, aventureras y amorosas. Mantente así toda la vida; vivo en toda la extensión de la palabra.
Sin más planes de seguir aburriéndote con todo lo que ya escribí, me despido de ti, del "tú" de 11 meses, prometiéndote que algún día, en cuanto crezcas un poco más, vamos a ver alguna película mientras comemos pizza, tacos, todos los dulces que desees, y tomamos refresco. Espero que ahora tú, el Max que lee esto, recuerde dichas ocasiones con mucho cariño, que sin duda se seguirán repitiendo.
No eres mi sobrino; eres mi hermano de otra madre.
Hoy, 25 de febrero del 2018, regresaste a tu casa, más gordo que cuando llegaste, más listo, y sobre todo aún más querido, después de haber conocido a tu familia materna. No te dije adiós, porque no lo es; es un hasta pronto (muy pronto, espero).
Escribo esto sin esperar que lo entiendas, al menos, no aún. Escribo ésto esperando que, cuando tengas la edad suficiente para comprender no sólo un texto, sino los sentimientos, tu madre, mi hermana, te lo muestre. Quizá en 8 años, quizá en 10, quizá en 15. Escribo ésto para ti, más no para el "tú" presente, aunque para cuando leas ésto, será para el "tú" presente. ¿Confuso, verdad? A mí me parece gracioso.
Llegaste al mundo para hacerlo un mejor lugar, de eso estoy seguro. Prueba de ello, es que desde el primer día en que te conocí, en que estuviste con nosotros, llenaste la casa con el estruendo de tu felicidad y tu risa. Tu música, tu llanto, tus apenas articuladas palabras, llenaron cada rincón de una casa normalmente silenciosa; tanto, que parece siempre estar vacía. Tus juguetes tirados en la habitación, el pan, el huevo, y las tortillas que arrojabas al suelo al comer (eras un desastre para comer, espero ahora te comportes en la mesa) no parecían desorden, más bien parecía un pequeño y muy bonito jardín. Desde el primer día me pareció impresionante como siendo tan pequeño lograste llenar por completo no sólo una casa, sino varios corazones y vidas de amor y felicidad. Lograste hacerte amigo de Mauricio (que espero recuerdes con mucho cariño, porque el a ti sí), el gato más enojón que conozco. Eso lo dice todo.
Sea donde sea que estés, espero que seas muy feliz. Tienes la dicha de tener una familia grandota que te ama con todo el corazón, cosa que muchas personas quisieran tener. Aprovecha cada minuto que la vida te obsequie, no lo malgastes pasando malos ratos, ni haciendo enojar a tus papás. Quizá ahora el tiempo te parezca eterno, y déjame decirte que efectivamente, lo es. Pero para nosotros es efímero; cada segundo que pasa es uno que no regresa, y que se convierte en un recuerdo. Asegúrate de que esos recuerdos sean bonitos, llenos de felicidad. La vida es corta, muy corta, desafortunadamente. Disfruta a tus papás, a tu familia, a tus amigos, pues ellos son la familia que uno escoge. Sé feliz; te lo dice alguien que gastó mucho tiempo de su vida encerrado en su habitación, llorando y enojado con el mundo entero. No me gustaría que tú seas tan malhumorado como tu tío aquí presente. Haz siempre el bien, la base de todo es el respeto hacia todas las cosas, incluso a aquellas que no puedes ver. Pero sobre todo, asegúrate de hacer feliz a quienes te rodean al mismo tiempo que a ti mismo. Vive de la manera en la que quieras vivir, y sé quien quieras ser, pero siempre haciendo el bien, para ti y para los demás. Procura vivir muchas aventuras, para que en un futuro tengas qué contarle a tus primos, a tus hijos y a tus nietos. Hoy mismo no sé mucho de la vida, pero sí sé que se va en un santiamén. Sé que la vida son los buenos momentos con amigos, la familia y los queridos. Ríe, vive, juega, ama, que a quien conocí éste año, 2018, es una de las personas más risueñas, curiosas, aventureras y amorosas. Mantente así toda la vida; vivo en toda la extensión de la palabra.
Sin más planes de seguir aburriéndote con todo lo que ya escribí, me despido de ti, del "tú" de 11 meses, prometiéndote que algún día, en cuanto crezcas un poco más, vamos a ver alguna película mientras comemos pizza, tacos, todos los dulces que desees, y tomamos refresco. Espero que ahora tú, el Max que lee esto, recuerde dichas ocasiones con mucho cariño, que sin duda se seguirán repitiendo.
No eres mi sobrino; eres mi hermano de otra madre.


Te amo, me encantó y sé que a Máx le encantará el día que pueda comprenderlo, lo voy a imprimir y ponerlo en su álbum de recuerdos . Te amamos pero más, tu brother from another mother.
ResponderEliminar